domingo, 3 de julio de 2011

Campeonato de España de Acuatlón

QUÉ MIEDO AL FRÍO
En la reunión técnica se barajó la posibilidad de, dependiendo de la temperatura del agua, se eliminará el primer segmento de carrera para hacer la natación con neopreno.
Con esa idea salí yo del hotel. Las nubes hacían presagiar una temperatura baja y la sensación de cansancio del día anterior, no animaba mucho a participar en la carrera.
Encima, estaban apuntandos todos los galgos de nuestro grupo de edad, así que el reto era no quedar de los últimos y, en mi caso, intentar ponérselo difícil a Fer para no quedar el último del grupo, cuyo objetivo a su vez era apretar a Uge.
Llegamos a los boxes y ya nos anuncian que el agua está a 19º, por lo que el formato es el estandar y que el neopreno no es obligatorio. Tras unas pequeñas dudas, me pongo a calentar con el único objetivo de no llegar el último.
Casi sin darme cuenta, empezamos a correr en una rápida salida y, rápidamente, de los 13 del grupo de edad, sólo hay 4 descolgados y todos los que van en el grupo son más rápidos que yo. Por detrás se había quedado un gallego que nada muy rápido y que después iba a aprovechar la natación para recuperar todo lo perdido.
En fin, que no me iba a parar. Tenía buenas sensaciones y no me costaba seguir el ritmo. En la vuelta Fer pierde unos metros con nosotros y yo me quedo en el último repecho, aunque prácticamente entramos en grupo y la natación iba a ser decisiva.
El agua estaba como un plato y ni mucho menos estaba fría, aparentemente la natación iba a ser exigente. Antes de entrar en el agua Fer se mete entre Uge y yo, así que intento pegarme a sus pies. Lo de aparente era un decir porque realmente había una corriente que el que la supo aprovechar saco mucha ventaja. El primer largo, a pies de Fer y Uge, no me di cuenta de que nos estábamos saliendo de la trayectoria, hasta que vi al gallego que venía remontando desde atrás y venía por la línea buena que estaba a unos 20 metros a la izquierda.
En la primera boya pierdo la referencia de Uge pero Fer se pone a pies del gallego y yo a pies de Fer. Casi sin enterarme estoy en la segunda boya, pero a tomar el camino de la playa veo de Fer sale muy por la izquierda, siguiendo los pies de los que iban por delante, pero se veía claramente que esa no era la buena referencia. Intento seguir la línea más recta y casi llegando a la playa, Uge, que también había perdido mucho tiempo, se acerca por la izquierda y hacemos los últimos metros juntos.
De camino a la transición y oyendo los ánimos de los compañeros que siempre te empujan más y me animan a seguir a Uge que estaba a 10 metros. Giró la cabeza y veo a Fer saliendo del agua a más de 1 minuto, que ha perdido por no coger la línea buena.
Salgo a la segunda carrera con Uge y un compañero del tragaleguas. Me veo muy fuerte y me animo a cambiar de ritmo, aunque al final pagué el esfuerzo y llegué por detrás de ambos, pero perdiendo solo 10 segundos.
Al final 8º de España que, a tenor del nivel que había y teniendo en cuenta que entré con Uge, me sabe a gloria. Además, disfruté mucho y me alegro de haber corrido.
Pongo un enlace a las fotos: https://picasaweb.google.com/jcgarflo/0702_Ferrol?authkey=Gv1sRgCJePv_zSxZem3wE.
Un saludo y hasta la próxima

sábado, 2 de julio de 2011

Copa del Rey de Triatlón

LA EXIGENCIA DEL EQUIPO
Después de una semana tranquila, disfrutando de los niños y de las playas de Portonovo, el jueves llegamos a Ferrol para otro intenso fin de semana.
Si ya había entrenado poco, la llegada de Alberto y familia, todavía dificultaba más cualquier tipo de preparación, así que había que dejarlo todo al trabajo hecho anteriormente y las buenas sensaciones del europeo (os he dicho que soy top 10 europeo?, jeje).
El día de la Copa, y ya con Uge en la habitación, nos vamos a la reunión técnica de por la mañana. Lo único significativo era el uso de neopreno. La climatología era muy buena y, a las 12 de la mañana, la ría era como una piscina.
La estrategia era de realizar la prueba todos juntos e intentar que Oscar terminará la carrera con nosotros. Pero la Dirección Técnica estimó que podíamos pelear por el podium de la prueba Open y decidió que Uge bajara del equipo A para echarnos una mano. Esto hizo que la prueba tomará una exigencia mucho más grande y, en la bici y la carrera a pie, ya no se iba a esperar a nadie salvo que fuera necesidad.
Regresamos al hotel, comemos y cuando volvemos a Ferrol, el viento hacía que la sensación térmica fuera desapacible y que la corriente de la ría entrara en juego para la carrera.
Nos juntamos todo el equipo y nos preparamos para la salida.
La estrategia de natación era intentar aprovechar la corriente, Alberto y Oscar ayudando a Jorge y Uge, Fer y yo, llegar lo más juntito posible. Creo que se nos dio bastante bien y aunque Jorge sufrió un poquito, hizo un buen segmento y rápidamente nos pusimos en marcha con las bicicletas.
Primera vuelta algo nerviosa, reconociendo el terreno e intentando repartir esfuerzos. En la segunda intentamos organizarnos y darnos unos relevos, pero a mí me entró una sensación de asma que no me dejaba coger aliento y en todas las subidas me quedaba un poquito del grupo, aunque seguramente era que los demás iban muy fuerte, sobre todo Jorge. Gracias a los empujones de Alberto y Oscar, que lo dio todo en la bici, terminamos la bici todos juntos y con mucho ánimo.
Buena transición y ya estamos todos en carrera, aunque Oscar sabíamos que, debido a su todavía no completada recuperación, nos iba a dejar pronto. Yo sigo con los problemas respiratorios y el primer repecho no me ayuda a coger el ritmo, pero intento no desesperarme aunque le pido a Uge, Fer y Jorge, que nos iban marcando el ritmo a Alberto y a mí, que bajen un poco el pistón.
Con los empujones de Uge y los ánimos de los compañeros y familiares, terminamos las dos primeras vueltas, esperando que las buenas sensaciones del fin de semana pasado aparezcan y pueda acompañar a mis compañeros hasta el final, pero la exigencia de la bici paga factura y prefiero no penalizar a mis compañeros, que empiezan a cambiar al ritmo para llegar a meta con unos metros de ventaja.
Al final sólo pudimos ser 5º, pero el lujo de compartir carrera con estos pedazos de máquinas te lleva a un nivel de exigencia difícil de igualar en una carrera individual. Desde luego, nadie se acordó de que al día siguiente tocaba el Acuatlón y los dimos todo en carrera. Un privilegio para mí.
Después nos quedamos a ver a las chicas y a los chicos del equipo B, intentando devolverles los ánimos que ellos nos habían dado a nosotros y disfrutando viendo como defienden los colores del club en una competición que, al ser por equipos, siempre tiene un encanto especial.
Después de la carrera, la reunión técnica del Acuatlón y a recuperar fuerzas en la cena con todos los compañeros. Sin duda, uno de los momentos más especiales del fin de semana.