Bueno, después de un largo lapsus de tiempo, vuelvo a retomar las entradas en el blog para compartir experiencias.
El día se presentaba muy intenso, marcado por el Acuatlón por la mañana y con el Open por equipos por la tarde.
Con la incertidumbre del chaparrón del día anterior, la mañana se presentaba muy soleada. Nos preparamos y llegamos con suficiente antelación a la zona de boxes. Recogida de dorsales y comienzan los preparativos con las típicas conversaciones nerviosas con el resto de compañeros del equipo y los saludos a los amigos y compañeros de fatiga. Reconocimiento del circuito y a calentar.
A la hora prevista se da la salida y, como era de esperar, los galgos no pierden el tiempo y marcan las diferencias desde el principio.
Sorprendentemente me encuentro en un grupo que no es el mío, pero las piernas y las fuerzas responden muy bien, así que no me iba a parar ¿no?. Las sensaciones van a más y llego a la transición al lado de Uge, Arturo y Pedro, y no muy lejos de Guille.
Nos tiramos a nadar y me pongo un ritmo exigente, ayudado por el pequeño cambio de estilo que llevo practicando en los últimos entrenamientos. No se a nivel de tiempo que diferencias logro, pero salgo del agua mucho más relajado.
En el pantalán veo que salgo justo detrás de Uge y Alberto solo ha conseguido recuperarme 15 metros.
Cogemos las zapatillas y empezamos a correr de nuevo Uge y yo juntos: ¡ estoy alucinando !. Aquí creo que cometí el único error de la carrera y es que espoleado por las magníficas sensaciones, aprieto el ritmo para coger a Alberto, cosa que conseguimos fácilmente, pero luego pagué este esfuerzo. De hecho, antes de llegar al 180, ya había perdido un par de segundos con Uge y no conseguía despegarme de Alberto, que se había enganchado a nosotros y otro compañero del Iberia. Hacemos juntos el largo kilómetro de vuelta y en los últimos metros Alberto intenta tirar de mí para conseguir alcanzar a Uge, pero soy incapaz de seguirle y me tengo que conformar con ser el tercero de los tres, jeje.
Pero bueno, las sensaciones fueron magníficas y eso me dio muchas fuerzas para la tarde.
Aunque, después de que mis chicas "renunciaran" a correr y a defender su posición del año pasado, la gran alegría llegó de manos de David, que aunque era su primer año como alevin y había un montón de niños, se marcó un acuatlón impecable. En la primera carrera entró entre los 10 primeros y, a pesar de los problemas para ponerse el gorro en la transición, antes de llegar a la primera boya ya estaba en la segunda posición, eso sí, lejos del primero que era inalcanzable. El resto de la natación le sirvió para coger una ventaja que en la última carrera no sólo afianzo, sino que incrementó. Magnífica carrera: ¡ Bravo David !.
Después de la entrega de trofeos, un bocata rápido y a comenzar con los preparativos para el Open. Intentamos localizar al resto de compañeros pero parece que la Casa De Campo esta bloqueada, así que aparecen los nervios. Por fin, todo preparado y con una estrategia clara, disfrutar al máximo.
Decidimos que Uge y yo marcaríamos el ritmo de natación y que Alberto realizaría la labores de pastoreo. Desgraciadamente Miguel lleva un ritmo mucho más lento que el resto del grupo y tenemos que dejarlo en la primera boya. El resto del equipo seguimos adelante y empezamos a adelantar a otros equipos. Al final conseguimos un buen parcial que fue el que, al final, nos daría la buena clasificación conseguida.
A pesar de lo estrecho de los boxes, hacemos una rápida transición y empezamos la subida a las pistas de tenis, donde nos reagrupamos y marcamos la consigna para el Garabitas: Uge marca el ritmos, yo me quedo de pastor y nada de esfuerzos innecesarios. A pesar de los nervios típicos de Pedro, conseguimos que se meta en el grupo, pero a mitad de subida Oliver, que casi se cae, tiene que dejarnos a causa de unos mareos. No me extraña teniendo en cuenta que el viernes estaba en Pekin y que por la mañana había corrido el Acuatlón. A veces no todo es querer.
En definita, ya nos hemos quedado cuatro y tenemos que llegar juntos a meta. Bien guiados por Uge e intentando acelerar en el llano, sobre todo cuando pasas por las zonas donde sabes que esta la gente esperando para animarte, terminamos la bici con un buen parcial, lo que, para mí, demuestra que es más mejor mantener un ritmo constante que hacer una subida a tope y luego terminar arrastrándose.
Por fin, llegamos a la carrera a pie y me encuentro con que mis sensaciones son todavía muy buenas, de hecho en la primera vuelta, Uge, ejerciendo de gran maestro, me tiene que frenar un poco el ritmo, sobre todo porque Alberto se queja de subida de gemelos. Pero entonces salió Pedro para echarle una mano, y tan bien lo hizo que no solamente se repuso sino que ambos pasaron a marcar el ritmo. A mí me vino muy mal el calor que pasamos al dar la vuelta al campo de fútbol y, ayudado por el esfuerzo de la mañana, empiezo a sufrir, y mucho, en la segunda vuelta. Pero aquí viene el equipo y los ánimos y empujones de Uge unidos a la fuerza que da compartir el esfuerzo con tus compañeros, empiezas a apretar y a sacar fuerzas para llegar a meta y disfrutar de uno de los momentos más intensos que tiene este deporte que es cruzar la meta con tu equipo, ¡ y qué EQUIPO !.
Gracias a tod@s los que estuvieron animando que como siempre son empujones que te ayudan a sacar fuerzas de flaqueza.
Aunque, sin duda, para mí, había alicientes extras, el correr en la Casa de Campo me motiva mucha y, como resumen, voy recuperando sensaciones que espero se consoliden en las próximas pruebas, sobre todo en el Clasificatorio del próximo domingo.
Os pongo enlaces a algunas galerías de fotos:
Nos vemos